Puertas, ventanas
abiertas de par en par,
dentro de espacios llenos de misterios
ventilados por la soledad mas absoluta.
Paredes, realidad viva y
orgánica donde estar puede ser irreal.
Gira el aire envolviendo
e impregnándose de los olores de las paredes vulnerables y
frágiles.
Texturas que no quieren
ser ignoradas hacen que me abandone en la sobremesa en las
casas en ruinas y
habitadas por el silencio vacío.
Vivencias aireadas como
frutos de la memoria se acumulan en las cenefas y
esgrafiados volteados al
infinito
Realidades que
arañan las sombras y el tiempo que las limitan.
Las casas no nos
pertenecen los olores si.
LAURA