MARIA
JOSE MAS |
Critica
de arte. Barcelona |
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Josep Guixà
(Castellolí, Barcelona, 1944), se siente fascinado
por el mundo del arte desde muy joven.
Esa fascinación e
interés le lleva a viajar para poder conocer de cerca la obra de los grandes
maestros y de esta adminación nace su inquietud por
plasmar sobre el lienzo vivencias y sensaciones. Estamos en los años finales de
la década del setenta. Sin embargo, nuestro artista siempre se había interesado
por el dibujo cuya técnica domina a la perfección, pero la traslación de sus
inquietudes a la tela es la consecuencia directa de su conocimiento de los
clásicos y de las reiteradas visitas a las grandes pinacotecas.
Comienza sus
experiencias plásticas formando parte de un grupo de artistas de Igualada que
se reúnen para conversar, debatir e intercambiar conocimientos. En ese núcleo
de experimentación, madura el sentimiento de Guixà
hacia el arte y el deseo de convertirlo en una realidad viva. Guixà es un pintor autodidacta que se ha moldeado
aprendiendo de los grandes maestros del repertorio universal y que, día a día,
en su estudio, investiga hasta obtener los resultados que hoy podemos admirar.
Tras dos años de trabajo en el silencio
de su taller, comienza a experimentar con la materia que entiende como algo
abrupto y desgarrador. Esa materia es lo que hoy define su obra como principal
característica. Para lograr el grosor que desea utiliza diferentes materiales
como las colas, los pigmentos, el polvo de mármol, el látex y otros elementos
hasta convertirlos en su forma de expresión idónea.
Al mismo tiempo y en paralelo, se da a
conocer en concursos de pintura rápida y los premios que consigue le animan a
proseguir esa andadura.
Y así, en 1987
recibe la primera gran satisfacción por su trabajo pictórico al ganar el Primer
Premio de la Biennal del Futbol Cub
Barcelona. Es este un premio importante que, además, lleva su obra al museo del
club azulgrana (uno de los museos más visitados del país) con lo cual aumenta
su prestigio. Dos años después pinta un cartel para
Se interesa por todas las temáticas, si
bien, últimamente, se centra en el paisaje arquitectónico mucho más adecuado
para dar expresividad al mundo materico que él mismo ha creado. Partiendo de pigmentos
naturales, que suma a los materiales empleados para conseguir el grosor de su
pintura, Guixà logra las texturas que son el tema
predominante de su obra pictórica. De espíritu inquieto y naturaleza abierta,
el pintor sabe captar en cada paisaje un fragmento de la urbe que eleva a
categoría artística, demostrando su capacidad de síntesis y también el
conocimiento técnico necesario. Su gama cromática es amplia si bien los ocres,
quizás por su peculiar calidez, son los predominantes en su obra.
Ha practicado el retrato con notable éxito
y en 1987 publica un libro de retratos de personajes.
Su primera estancia
en Nueva York propicia unas series basadas en el característico paisaje urbano
muy simplificado y geometrizante, que recrea con gran fuerza expresiva. Así
mismo y con gran éxito ha recreado el espíritu de Gaudí inspirándose en algunas
de las obras arquitectónicas del genial arquitecto pero siempre reconociendo el
sello que le es propio.
Además de Nueva York, ha realizado viajes
de estudio y estancias en diferentes ciudades como Londres, París, Roma, Amsterdam y Madrid.
Como puede verse por todo lo expresado, la
trayectoria de Josep Guixà se está consolidando del
mismo modo que el desarrollo de la técnica que emplea para la consecución de su
obra, avanza en un sentido muy positivo. Estamos, pues, en el umbral del
descubrimiento de un nuevo e interesante valor artístico.